8 nov 2016

Ángel Ieiazel



Ángel Ieiazel



 Ángel número: 40  
Pertenece a la jerarquía de las Potencias. Se sitúa en la esfera de Geburah y trabaja en asuntos relacionados con la esfera Yesod.
 
Significa: Dios que Regocija
 
Esencia que aporta: Consuelo y Regocijo.
 
Planeta: Marte - Signo: Libra   Color el violeta y su piedra la amatista, la cual proporciona paz y tranquilidad.





El 40 como número sagrado

La Biblia es un texto sagrado que está lleno de números y asigna a éstos un significado simbólico. El número 40 está asociado con la penitencia, pero se asocia con la purificación y el aprendizaje vía disciplina lo cual puede dar lugar a un crecimiento espiritual o bien, a ruina y alejamiento de Dios.
Ejemplos bíblicos:


La primera mención bíblica trascendente de esta cifra es la registrada en  Génesis 7:3, 4  leemos: “Voy a hacer que llueva sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y ciertamente borraré de sobre la superficie del suelo toda cosa existente que he hecho”.




Los descendientes de Adán, habían entrado en complicidad con los ángeles rebeldes y juntas, estas tres razas, ángeles, nefilim y humanos,  forzaron la mano de Dios, quien envió el Diluvio. Cuarenta días depurativos de intensa precipitación  pluvial hicieron que la Tierra no sólo se librara de la maldad que en ella habitaba, sino que la transformó por completo  pues su geografía se vio seriamente afectada. Para la Tierra y el género humano, el numero 40 significó purificación y esto fue del agrado de Jehová.





La vida de Moisés bien puede ser dividida en tres partes de 40 años cada una. Durante los primeros 40 años se identificó con los valores mundanos. Al término de estos cuarenta años aprendió sus incapacidades y limitaciones, aprendió a depender en todo de Jehová. Pero a partir de los siguientes 40, se entregó al servicio de Dios. Se le apareció un ángel en el desierto del monte Sinaí, en la llama de fuego de una zarza.  Este hombre sacó  al pueblo de Israel de la esclavitud, después de efectuar portentos presagiosos y señales en Egipto y en el mar Rojo y en el desierto por cuarenta años (Hechos 7:29-36).

A sus 80 años, estaba listo para servir a Dios. Durante los últimos cuarenta años de su vida su fe se cristalizó, disfruto de dos privilegios  exclusivos de su persona, por un lado Jehová le permitió ver “parte de su espalda” y por otro lado, Dios le transmitió la ley “boca a boca”.



El registro bíblico nos indica de dos personas que con toda seguridad ayunaron por un periodo de 40 días y noches de manera consecutiva, Moisés y Jesús.  Moisés lo hizo en dos ocasiones consecutivas, sólo con intercalo de un par de días entre cada ocasión. Se menciona en la Biblia a una tercera persona la cual aparentemente también ayunó por 40 días, Elías.

Los ayunos bíblicos tenían dos objetivos, penitencia o santificación. La verdadera  santificación y la verdadera penitencia vienen por medio de despreciar en nuestro corazón y desechar todas y cada una de las practicas que envilecen nuestro ser y al mismo tiempo potenciar las cualidades que exalten nuestra naturaleza espiritual, tales como el amor, la misericordia, la generosidad.



El numero 40 está ligado a periodos de prueba tanto a nivel individual como a nivel colectivo, así fue en el caso de los diferentes pueblos que convivieron con el pueblo de Israel, así como al propio pueblo de Dios. Por ejemplo a Israel se le probó su fe por un periodo de 40 días mientras los 12 espías revisaban la tierra prometida (Números 13:25).
La impaciencia y falta de fe,  hizo que Dios decidiera castigarlos durante 40 años de vagar por el desierto  y exterminar así a la generación adulta, aquellos que habían sido testigos del poder Divino y de su cuidado amoroso y sin embargo cedieron a la duda y al temor al hombre. Esta penitencia de 40 años cumplió además otro propósito, preparó físicamente a los jóvenes israelitas para la difícil prueba que sería tomar la tierra de Canaán, esto se logró a través del maná (Números 14:33, 34; 32:12, 13; Deuteronomio 2:7; Éxodo 16:34, 35). 


En épocas posteriores de la historia de Israel se vieron periodos de 40 años en donde dependiendo del obrar del pueblo, o recibían paz de parte de Dios o se les daba en mano de sus enemigos por periodos de 40 años (Jueces 3:11; 13:1).
Naciones enemigas del pueblo de Dios también recibieron su oportunidad de cambiar. A Nínive solo le bastaron 40 días para volver su corazón a buscar a Dios  (Jonás 3:3, 4), pero Egipto necesitó reprimenda de 40 años y ni así buscó a Jehová (Ezequiel 29:8-16).


 En su ley Jehová prescribía que se azotara a ciertos malhechores con cuarenta varazos, algo que ciertamente grabaría en su mente lo errado de su proceder, (Deuteronomio 25:2, 3).

El camino que Jehová  hizo andar a su pueblo durante  cuarenta años en el desierto, era a fin de humillarle, de ponerle a prueba en cuanto a si guardarían sus mandamientos o no. El resultado de estos periodo de prueba dependía única y exclusivamente del corazón del individuo o de los pueblos según fuese el caso y  según Jesús, el corazón  es la fuente de todas nuestras acciones (Mateo 15:17-20).
Dos menciones bíblicas del número 40. Las medidas del Templo (Ezequiel 41:1-4) y el periodo de 40 días  que Jesús utilizo para fortalecer a sus discípulos después de su resurrección (Hechos 1:3).

Desde el punto de vista cabalístico, el número 40 representa las cuatro fases del Proceso Creador que nos lleva a la Perfección. 40 son los peldaños que nos separan para alcanzar la Perfección de la Conciencia que nos permitirá comunicarnos conscientemente con la Divinidad.



Atributos de Ieiazel

El número 40 de Ieiazel nos habla  pues, del último día del ayuno, del último año de la travesía del desierto o del último día del diluvio. Es el que marca el final de lo antiguo y el principio de lo nuevo y renacido.
Ieiazel nos ayudará a  finalizar una etapa de desconsuelo y desasosiego. No se trata del consuelo que se tiene contra lo inevitable de un mal, sino del consuelo que se obtiene cuando algo muy esperado se cumple y nuestra alma se regocija porque los esfuerzos desplegados han dado el resultado anhelado.
Gracias a su ayuda, podemos rectificar nuestro camino y recuperar el rumbo correcto que nos ha de llevar al recuentro con nuestra divinidad interna. El trabajo principal se centra en poner orden en nuestro mundo emocional.

Por lo tanto, en Ieiazel se da cita el ciclo final del proceso redentor, rectificador, purificador. No se trata de un logro a la ligera, sino del resultado de un laborioso trabajo realizado sobre nuestra naturaleza interna, con el único propósito de recuperar nuestra inocencia perdida, nuestro estado de plenitud paradisiaca.
Ieiazel es el ángel indicado para combatir la tristeza, la depresión y para ayudar a las personas que tienen síndrome de pánico.

Superarás algo que debes dejar atrás y encontrarás facilidad para regenerarte. Nos consuela en el alma y en la mente dándonos la alegría que necesitamos para vivir.




Liberación de los prisioneros. Ahuyenta a los enemigos, tanto a los externos como a los internos. Entre las virtudes de este ángel encontramos la liberación del ser humano, tanto a nivel físico como espiritual. No obstante, recuerda diferentes manifestaciones de los instintos del hombre, como lo son la naturaleza agresiva de sus actos, así como también la necesidad de surgir por encima de los obstáculos. Nos inspira mensajes divinos y llenos de luz. Él hace que el pensamiento y la razón reinen sobre las pasiones. 


Domina sobre la imprenta y la librería influenciando a los hombres de letras y artistas. Serán adictos a la lectura, escritura, pintura, y el estudio de las ciencias. Las artes en general, pues supone un medio de comunicar sentimientos y emociones. Ieiazel posibilitará el contacto de sus influenciados con aquellas personas o medios que posibiliten la difusión de sus obras. 




Inteligente, con una memoria prodigiosa, el protegido de este ángel tiene una idea brillante para resolver problemas.
 Los nacidos bajo la influencia de este ángel se distinguen por ser personas frías, calculadoras y pacientes, las cuales saben aprovechar al máximo las oportunidades que la vida les ofrece y que pocas veces se desesperan ante la adversidad. Son positivos y optimistas, pero siempre manteniendo los pies sobre la tierra. Competente y confiado en sí mismo, puede ocupar altos puestos de liderazgo.
Generoso, está siempre dispuesto a ayudar a los demás; inclusive financieramente, sin importarle si la persona es merecedora de ayuda o no. A pesar de eso casi nunca pasa por apuros financieros.
Su lado sentimental es extremadamente romántico. Todavía cree que sólo el amor vale la pena.

Para invocarlo: Salmo 98. Salmo 87 Salmo 88
Mensaje del Ángel:
 “Tu corazón no será traspasado por el dolor. Él te ha dado consuelo en su regazo, mensajes de amor, rayos de luz. Si encuentras desasosiego y lucha, es porque no estás recordando tu cofre maravilloso, recapacita:¡Ahora tienes todo para liberarte de los enemigos que tú mismo creaste”.





Oración:

 “Ieiazel, Despiértame, Señor, del sueño de la razón, fertiliza mi mente con los puros anhelos, haz que pueda ofrecer a la sociedad que me rodea una visión equilibrada de Tu Reino.
 

Permíteme, Ieiazel, liberarme de los enemigos interiores y exteriores; desprenderme de todo aquello que me mantiene prisionero a los niveles inferiores de tus mundos, a fin de que a través de mi alma pueda correr el mensaje que proclama tus Altos Hechos.
Manténme, Señor, próximo a los hombres, para que no vean en mí un ser extraño; para que puedan escucharme confiados y ser, para ellos, canal hacia el Eterno”.
 


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