Ángel número: 40
Pertenece
a la jerarquía de las Potencias. Se sitúa en la esfera de Geburah y trabaja en asuntos
relacionados con la esfera Yesod.
Significa: Dios que Regocija
Esencia que aporta: Consuelo y Regocijo.
Planeta:
Marte - Signo: Libra Color el violeta y su piedra la
amatista, la cual proporciona paz y tranquilidad.
El 40 como número sagrado
La Biblia es un texto sagrado que
está lleno de números y asigna a éstos un significado simbólico. El número 40
está asociado con la penitencia, pero se asocia con la purificación y el
aprendizaje vía disciplina lo cual puede dar lugar a un crecimiento espiritual
o bien, a ruina y alejamiento de Dios.
Ejemplos bíblicos:
La primera
mención bíblica trascendente de esta cifra es la registrada en Génesis 7:3, 4 leemos: “Voy
a hacer que llueva sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y
ciertamente borraré de sobre la superficie del suelo toda cosa existente que he
hecho”.
Los
descendientes de Adán, habían entrado en complicidad con los ángeles rebeldes y
juntas, estas tres razas, ángeles, nefilim y humanos, forzaron la mano de Dios, quien envió el
Diluvio. Cuarenta días depurativos de intensa precipitación pluvial
hicieron que la Tierra no sólo se librara de la maldad que en ella habitaba,
sino que la transformó por completo pues su geografía se vio seriamente
afectada. Para la Tierra y el género humano, el numero 40 significó
purificación y esto fue del agrado de Jehová.
La vida de
Moisés bien puede ser dividida en tres partes de 40 años cada una. Durante los
primeros 40 años se identificó con los valores mundanos. Al término de estos
cuarenta años aprendió sus incapacidades y limitaciones, aprendió a depender en
todo de Jehová. Pero a partir de los siguientes 40, se entregó al servicio de
Dios. Se le apareció un ángel en el desierto del monte Sinaí, en la llama de
fuego de una zarza. Este hombre sacó
al pueblo de Israel de la esclavitud, después de efectuar portentos
presagiosos y señales en Egipto y en el mar Rojo y en el desierto por cuarenta
años (Hechos 7:29-36).
A sus 80
años, estaba listo para servir a Dios. Durante los últimos cuarenta años de su
vida su fe se cristalizó, disfruto de dos privilegios exclusivos de su
persona, por un lado Jehová le permitió ver “parte de su espalda” y por otro
lado, Dios le transmitió la ley “boca a boca”.
El registro
bíblico nos indica de dos personas que con toda seguridad ayunaron por un
periodo de 40 días y noches de manera consecutiva, Moisés y Jesús. Moisés
lo hizo en dos ocasiones consecutivas, sólo con intercalo de un par de días
entre cada ocasión. Se menciona en la Biblia a una tercera persona la cual
aparentemente también ayunó por 40 días, Elías.
Los ayunos
bíblicos tenían dos objetivos, penitencia o santificación. La verdadera santificación
y la verdadera penitencia vienen por medio de despreciar en nuestro corazón y
desechar todas y cada una de las practicas que envilecen nuestro ser y al mismo
tiempo potenciar las cualidades que exalten nuestra naturaleza espiritual,
tales como el amor, la misericordia, la generosidad.
El numero 40
está ligado a periodos de prueba tanto a nivel individual como a nivel
colectivo, así fue en el caso de los diferentes pueblos que convivieron con el
pueblo de Israel, así como al propio pueblo de Dios. Por ejemplo a Israel se le
probó su fe por un periodo de 40 días mientras los 12 espías revisaban la
tierra prometida (Números 13:25).
La
impaciencia y falta de fe, hizo que Dios decidiera castigarlos durante 40
años de vagar por el desierto y exterminar así a la generación adulta,
aquellos que habían sido testigos del poder Divino y de su cuidado amoroso y
sin embargo cedieron a la duda y al temor al hombre. Esta penitencia de 40 años
cumplió además otro propósito, preparó físicamente a los jóvenes israelitas
para la difícil prueba que sería tomar la tierra de Canaán, esto se logró a
través del maná (Números 14:33, 34; 32:12, 13; Deuteronomio 2:7;
Éxodo 16:34, 35).
En épocas
posteriores de la historia de Israel se vieron periodos de 40 años en donde
dependiendo del obrar del pueblo, o recibían paz de parte de Dios o se les daba
en mano de sus enemigos por periodos de 40 años (Jueces 3:11; 13:1).
Naciones
enemigas del pueblo de Dios también recibieron su oportunidad de cambiar. A
Nínive solo le bastaron 40 días para volver su corazón a buscar a
Dios (Jonás 3:3, 4), pero Egipto necesitó reprimenda de 40
años y ni así buscó a Jehová (Ezequiel 29:8-16).
En su ley Jehová prescribía que se azotara a ciertos malhechores con cuarenta varazos, algo que ciertamente grabaría en su mente lo errado de su proceder, (Deuteronomio 25:2, 3).
El camino
que Jehová hizo andar a su pueblo
durante cuarenta años en el
desierto, era a fin de humillarle, de ponerle a prueba en cuanto a si
guardarían sus mandamientos o no. El resultado de estos periodo de prueba
dependía única y exclusivamente del corazón del individuo o de los pueblos
según fuese el caso y según Jesús, el corazón es la fuente de todas
nuestras acciones (Mateo 15:17-20).
Dos
menciones bíblicas del número 40. Las medidas del Templo (Ezequiel
41:1-4) y el periodo de 40 días que Jesús utilizo para fortalecer a
sus discípulos después de su resurrección (Hechos 1:3).
Desde el
punto de vista cabalístico, el número 40 representa las cuatro fases del
Proceso Creador que nos lleva a la Perfección. 40 son los peldaños que nos
separan para alcanzar la Perfección de la Conciencia que nos permitirá
comunicarnos conscientemente con la Divinidad.
Atributos de Ieiazel
El número 40 de Ieiazel nos habla pues, del último día del ayuno, del último año de la travesía del desierto o del último día del diluvio. Es el que marca el final de lo antiguo y el principio de lo nuevo y renacido.
Ieiazel nos ayudará a
finalizar una etapa de desconsuelo y desasosiego. No se trata del consuelo que se tiene contra lo inevitable de un mal,
sino del consuelo que se obtiene cuando algo muy esperado se cumple y nuestra
alma se regocija porque los esfuerzos desplegados han dado el resultado
anhelado.
Gracias a su
ayuda, podemos rectificar nuestro camino y recuperar
el rumbo correcto que nos ha de llevar al recuentro con nuestra divinidad
interna. El trabajo principal se centra en poner orden en nuestro mundo
emocional.
Por lo
tanto, en Ieiazel se da cita el ciclo final del proceso redentor, rectificador,
purificador. No se trata de un logro a la ligera, sino del resultado de un
laborioso trabajo realizado sobre nuestra naturaleza interna, con el único
propósito de recuperar nuestra inocencia perdida, nuestro estado de plenitud
paradisiaca.
Ieiazel es el ángel indicado para combatir la tristeza, la depresión y para
ayudar a las personas que tienen síndrome de pánico.Superarás algo que debes dejar atrás y encontrarás facilidad para regenerarte. Nos consuela en el alma y en la mente dándonos la alegría que necesitamos para vivir.
Liberación de los prisioneros. Ahuyenta a los enemigos, tanto a los externos como a los internos. Entre las virtudes de este ángel encontramos la liberación del ser humano, tanto a nivel físico como espiritual. No obstante, recuerda diferentes manifestaciones de los instintos del hombre, como lo son la naturaleza agresiva de sus actos, así como también la necesidad de surgir por encima de los obstáculos. Nos inspira mensajes divinos y llenos de luz. Él hace que el pensamiento y la razón reinen sobre las pasiones.
Domina sobre la imprenta y la librería influenciando a los hombres de letras y artistas. Serán adictos a la lectura, escritura, pintura, y el estudio de las ciencias. Las artes en general, pues supone un medio de comunicar sentimientos y emociones. Ieiazel posibilitará el contacto de sus influenciados con aquellas personas o medios que posibiliten la difusión de sus obras.
Inteligente, con una memoria prodigiosa, el protegido de este ángel tiene una idea brillante para resolver problemas.
Los nacidos bajo la influencia de este ángel se distinguen por ser personas frías, calculadoras y pacientes, las cuales saben aprovechar al máximo las oportunidades que la vida les ofrece y que pocas veces se desesperan ante la adversidad. Son positivos y optimistas, pero siempre manteniendo los pies sobre la tierra. Competente y confiado en sí mismo, puede ocupar altos puestos de liderazgo.
Generoso, está siempre dispuesto a ayudar a los demás; inclusive financieramente, sin importarle si la persona es merecedora de ayuda o no. A pesar de eso casi nunca pasa por apuros financieros.
Su lado sentimental es extremadamente romántico. Todavía cree que sólo el amor vale la pena.
Para invocarlo: Salmo 98. Salmo 87 Salmo 88
Mensaje del Ángel:
“Tu corazón no será traspasado por
el dolor. Él te ha dado consuelo en su regazo, mensajes de amor, rayos de luz.
Si encuentras desasosiego y lucha, es porque no estás recordando tu cofre
maravilloso, recapacita:¡Ahora tienes todo para liberarte de los enemigos que
tú mismo creaste”.
Oración:
“Ieiazel, Despiértame, Señor, del
sueño de la razón, fertiliza mi mente con los puros anhelos,
haz que pueda ofrecer a la sociedad
que me rodea una visión
equilibrada de Tu Reino.
Permíteme, Ieiazel, liberarme de los enemigos interiores y exteriores; desprenderme de todo aquello que me mantiene prisionero a los niveles inferiores de tus mundos,
a fin de que a través de mi alma
pueda correr el mensaje que proclama
tus Altos Hechos.
Manténme, Señor, próximo a los hombres, para que no
vean en mí un ser extraño; para
que puedan escucharme confiados y
ser, para ellos, canal hacia el Eterno”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por su participación en esta página