5 oct 2016

Un verano en Escocia



Un verano en Escocia

 


Un verano en Escocia es otra de las románticas novelas de Mary Nickson.

Isobel y Giles Grant viven con sus dos hijos en una soberbia casa antigua en medio del magnífico paisaje escocés. Tenían un sueño, convertir los graneros en un centro cultural, y por fin lo habían conseguido. Este verano están ultimando los detalles para la inauguración.

Justo entonces llega Lorna, hermana mayor de Isobel y antigua novia de Giles. Lorna, eficaz y decidida, logra hacerse cargo de la administración; en realidad está haciendo todo lo posible para resultar imprescindible, pero su plan verdadero es otro: Lorna quiere todo lo que tiene Isobel... marido incluido.









Mary Nickson


Autora inglesa, Mary Nickson es el nombre de soltera de la escritora Mary Sheepsanks  y el que ha usado para firmar parte de su obra literaria, sobre todo el dedicado a la novela.
Creció en el Eton College tras lo que residió en el Castillo de Windsor antes de contraer matrimonio con el director de la Sunningdale School y dedicarse a llevar el hogar tradicional de su familia en Yorkshire. En la actualidad vive en Escocia.

En lo literario, Nickson comenzó publicando poesía con apenas 17 años, pero no dio el salto a la novela hasta cumplidos los 64. Desde 1995 ha publicado seis novelas con gran éxito tanto en Reino Unido como en los Estados Unidos, siendo traducida hasta a siete idiomas, entre ellos el castellano.



Sus novelas están en la línea de las de Rosamunde Pilcher. De entre su obra habría que destacar algunos títulos dentro de la narrativa romántica como

La casa veneciana, Un verano en Escocia o La canción de Flavia, entre otros.





Opinión

La historia está ambientada en Escocia con esos parajes maravillosos y la escultural casa como centro de la  historia.
El matrimonio de Isobel y Giles parece idílico; se quieren, se lo demuestran.
Tienen dos niños gemelos, Amy y Edward, que no pueden ser más distintos. Amy, una niña inteligente y dotada para la música y Edward, un niño autista maravilloso al que adoras y que te desprende unas ganas terribles de protegerlo.
Giles se dedica a su hija e Isobel a su hijo, pero ya desde un primer momento ves el fino equilibrio que realiza Isobel, un personaje que se desvive por todos y  acepta su situación, cosa que no ocurre con su marido.
En medio de la familia, se alza el negocio que es el centro cultural que están intentado montar y para ello contratan a un pintor, Daniel Hoffman, que se encarga de los telones que necesitan para el teatro que tienen en la propiedad y la contratación de Lorna como asistente, aunque ella llega allí y lo desbarata todo con sus intrigas.
La historia se completa con una pareja que vive con ellos, dos neozelandeses, que salpican con sus apariciones la novela y te dejan deseando ver más de ellos, y otros personajes del pueblo.







Desde un primer momento, la escritora nos pone en antecedentes sobre los personajes y  nos narra la historia entre Lorna, Giles e Isobel y también la historia de la familia de Giles que es bastante interesante.

El personaje de Lorna es egoísta pero casi puedes justificarla debido a su historia familiar. Lorna siempre ha sido muy recta, correcta, perfecta, bella y, en cierto modo, aburrida, mientras que Isobel no destaca por su belleza exterior, pero sí por su belleza interior, espontaneidad y carisma. Cosas que enamoraron a Giles. 

Giles presenta matices debido a su  historia familiar pero destaca su capacidad de leer en la gente y de pinchar ahí donde más molesta. Un egoísta, que no piensa las consecuencias de sus actos. Se cree un poco el centro de todo y cuando se da cuenta de que todo lo que quiere lo puede perder, reacciona de la manera más absurda y echa todo por tierra.





Isobel es la madre, la esposa, la amiga... todo. Muy sensible a todo lo relacionado con Edward y con ganas de vivir. La aparición de Daniel, un sexy pintor, en sus vidas supone un cambio y una prueba para su matrimonio.

 Daniel también es un personaje maltratado por la vida que huye de todo hasta que va a parar a Glendrochatt.

Lo mejor del libro son los niños, los neozelandeses y Daniel.

 El libro es entretenido y se lee rápido. A veces la autora es un poco descriptiva.
 El final es inesperado y sorprendente dando lugar a una segunda parte, Secretos y Sombras.





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