14 sept 2016

Arcángel Miguel Parte I



Arcángel Miguel



El arcángel Miguel, ‘¿Quién como Dios?’; es el Jefe de los Ejércitos de Dios en las religiones judía, islámica y cristiana (Iglesias católica, ortodoxa, copta y anglicana).
Para los cristianos es el protector de la Iglesia y considerado abogado del pueblo elegido de Dios.
La Iglesia copta lo considera el primero de los siete arcángeles, junto con Gabriel, Rafael y Uriel. El tocará la trompeta el día del arrebatamiento, y es el encargado de frustrar a Lucifer o Satanás, enemigo principal de '''Miguel''' por ser el arcángel de los ángeles caídos o del mal.
En el arte se le representa como un ángel con armadura de general romano, amenazando con una lanza o espada a un demonio o dragón. También suele ser representado pesando las almas en la balanza, pues según la tradición, él tomaría parte en el Juicio Final.


 

 

En el judaísmo

Actualmente el judaísmo invoca a Miguel como amparador de sus sinagogas.
En el Talmud, su relación con los otros ángeles se compara a la del Sumo Sacerdote, con el pueblo de Israel, el libro de Daniel señala que Miguel es quien defendería al pueblo de Israel durante las tribulaciones.

Según la tradición rabínica judía

Según la tradición rabínica judía, a Miguel a veces se le llama "Príncipe de las naciones", y es quien actúa como "abogado de Israel" frente a su acusador Samael o Satanás (llamado Lucifer o Luz), papel de defensor de los hebreos, desde los tiempos de los patriarcas bíblicos.


Fue Miguel quien rescató a Abraham del horno donde había sido arrojado por Nimrod. También fue uno de los tres hombres que visitaron a Abraham para anunciarle el nacimiento de Isaac, y que anunciaron a Lot la destrucción de Sodoma y Gomorra.
Algunos Midrash describen a Miguel como el maestro de Moisés durante el Éxodo, además de ser quien protege a los israelitas frente al ejército del Faraón antes de cruzar el mar Rojo. En el Midrash  se cuenta que Miguel ejerce su función de abogado de los hebreos, cuando Satán acusa a los israelitas de idolatría y declara que constantemente murmuraban deseando haber muerto junto con los egipcios en el mar. Pero también dice que cuando Uzza, el ángel tutelar de Egipto, convoca a Miguel a pelear ante Dios, Miguel calla, pues sería Dios mismo quien defendería a su pueblo.

 

 

En la tradición cabalística

En la tradición y escritos de La Cábala, el arcángel Miguel es visto como "Abogado de los Judíos".



El Arcángel Miguel en el Cristianismo

La veneración del arcángel Miguel en el cristianismo se basa en su mayor parte en lecturas del Nuevo Testamento y adoptando las que se refieren a él en el Antiguo. Precisamente en el Apocalipsis se lee que hubo un gran combate en los cielos. Miguel y sus ángeles lucharon contra el Demonio. Éste  fue arrojado a la tierra y sus ángeles con él.
Y en la Epístola de San Judas, se vincula el culto a Miguel con las tradiciones judías. Tal vez, citando al escrito apócrifo conocido como la Asunción de Moisés, en él se menciona que Satán reclamó el cuerpo para sí, argumentando que Moisés provocó la muerte de muchos egipcios. Razón por la cual el arcángel se enfureció y luchó contra él, venciéndolo.
Antiguas autoridades gubernamentales y eclesiásticas reconocieron temprano las virtudes de esta criatura alada. Por ejemplo, el emperador Constantino atribuía a Miguel la derrota de sus adversarios. Por ese motivo mandó edificar cerca de Constantinopla una espléndida iglesia en su homenaje.

En la Iglesia católica

 

Aunque hubiera sido natural para Miguel, defensor del pueblo judío, ser también el defensor de la Iglesia cristiana, dándole la victoria en contra de sus enemigos, los primeros cristianos reconocieron a algunos mártires como sus protectores militares: San Jorge, San Teodoro, San Demetrio, los santos Sergio y Baco, San Artemio y otros santos, asignándole en cambio a Miguel el cuidado de los enfermos.
En Frigia, donde fue venerado por primera vez, su prestigio como sanador angelical oscureció su interposición en asuntos militares. Fue desde los primeros tiempos el centro del verdadero culto de los santos ángeles.
En el catolicismo se cree que se ha manifestado en varias ocasiones. Su aparición más documentada e influyente durante la Edad  Media (y, de hecho, el germen del culto micaelino en la Iglesia de Occidente) fue la del monte Gargano (celebrada el 8 de mayo).


En Roma hay una estatua de bronce que lo representa en lo alto del Castel Sant Angelo, recordando cuando se apareció allí al papa Gregorio Magno (hecho celebrado el25 de abril).
Se apareció a Santa Juana de Arco (en su calidad de guerrera) y a Santa Margarita (en su calidad de domadora de dragones), así como en Francia, donde en la Edad Media se le dedicó el Mont Saint Michel, y en el siglo XVII en San Miguel del Milagro, Tlaxcala, México, aparición que reproduce los elementos principales (brote de agua) de aquellas que se dieron en Gargano y en Chonæ.
Se cree que se apareció en Fátima (Portugal) en 1916, antes de las apariciones de la Virgen María, donde, postrándose, llevó el mensaje de orar a tres niños pastores (Lucía, Jacinta y Francisco) invitando a orar.
Su fiesta es el 29 de septiembre, y desde 1970 se le celebra junto con San Gabriel y San Rafael.


En la Iglesia ortodoxa

 


El papel de Miguel en las Iglesias Orientales es básicamente el mismo que en la Iglesia católica. Se le representa vestido con túnica, como cualquier otro ángel, pero con una espada o una lanza en una mano y en la otra un globo coronado por una cruz, que representa el universo sobre el que Miguel tiene poder en nombre de Cristo. Es defensor de la pureza y santidad de Dios, frente a las potencias falsamente luminosas. Es el ángel de la noche mística, "allí donde Dios despliega la luz verdadera".
La tradición relata que en los primeros tiempos, Miguel hizo una aparición medicinal en el santuario de Cherotipa, (fortaleza cercana a Colosas), en Frigia (hoy Turquía), donde fueron curados todos los enfermos que se bañaron allí invocando a la Santísima Trinidad y a Miguel. Esta aparición de Miguel es ampliamente recordada por la iglesia de Oriente, que la conmemora el 6 de septiembre (de hecho, los zares eran bautizados en el hoy desaparecido "Monasterio del Chudoff", es decir del Milagro, en el Krenli de Moscú).



En Constantinopla, Miguel era considerado el gran médico celestial. Su santuario principal, estaba en Sosthenion, casi a 80 km al sur de Constantinopla; ahí se dice que el arcángel se le apareció al emperador Constantino. Los enfermos dormían en la noche en esta iglesia, esperando una manifestación del santo; su festividad se mantenía ahí el 9 de junio.
 Otra famosa iglesia bizantina estaba entre los muros de la ciudad, en los baños termales del emperador Arcadio; ahí la festividad del arcángel se celebraba el 8 de noviembre. Esta fiesta se propagó por toda la Iglesia griega, y las Iglesias siria, armenia y copta también la adoptaron; ahora es la principal fiesta de San Miguel en el Oriente. El culto micaelino se puede haber originado en Frigia pero su punto de marca en Constantinopla fueron las “Termas de Arcadio”. Otras fiestas micaelinas en Constantinopla eran: el27 de octubre, en la iglesia Promotu; el18 de junio, en la iglesia de San Julián, en el Foro y el 10 de diciembre en Athæ.
El culto a Miguel arcángel llegó a Rusia a través de la predicación cristiana. Le está dedicada una de las iglesias de la Plaza de las Catedrales en el Kremlin de Moscú, así como el Monasterio de San Miguel de las Cúpulas Doradas en Kiev, Ucrania.
El arcángel Miguel es uno de los santos más venerados en la Iglesia ortodoxa, lo cual explica la popularidad de su nombre en personas y lugares.

En la Iglesia copta

La Iglesia copta ha mantenido íntegramente la Septuaginta como su Antiguo Testamento, sin quitar ningún libro, por eso la Biblia copta posee más libros que las biblias de los demás cristianos. En estos libros que permanecieron sólo en la Biblia Copta, San Miguel ocupa una buena parte. Por ejemplo en el Libro de Enoc se le menciona varias veces como "Gran Capitán", el misericordioso y muy paciente, y el ángel encargado de la mayor parte de la humanidad.
Los coptos de Egipto pusieron al río que les daba la vida, el Nilo, bajo la protección de San Miguel; adoptaron la fiesta griega y la fijaron el 12 de noviembre; el día 12 de cada mes celebraban una conmemoración especial del arcángel, pero el 12 de junio, cuando el río comenzaba a crecer, lo guardaban como feriado de obligación de la fiesta de Miguel “por la crecida del Nilo”.

 

En el Protestantismo

 


Algunas Iglesias, surgidas directamente en tiempos de la Reforma Protestante, como la anglicana o la luterana, comparten la mayoría de las ideas sobre el arcángel Miguel con las Iglesias católica, copta y ortodoxa.

En el Restauracionismo

Las denominadas restauracionistas (como los Santos de los Últimos Días o mormones, adventistas y los Testigos de Jehová), tienen una  teología respecto a este arcángel que difiere de la teología del cristianismo tradicional.
En La iglesia de Jesucristo de los Santos Últimos Días, Miguel y Adán se consideran la misma persona y es al único al que se le denomina arcángel. La referencia más antigua que hacen al nombre de Miguel se encuentra en su libro “Doctrina y Convenios”.

 

 

El Arcángel Miguel en el Islam

En el Corán, Miguel es llamado  Mijal. Ahí sólo se le menciona en la azora, se dice que era uno de los tres ángeles que visitaron a Abraham para anunciar el nacimiento de Isaac y Jacob.
Entre los musulmanes, Miguel es uno de los cuatro arcángeles (con Izrail, Israfil y Yibril), y uno de los dos ángeles, con Gabriel, nombrado en el Corán. Pero algunos musulmanes creen que hay diez arcángeles.




En la tradición islámica, Miguel reside en el séptimo cielo y aparece siempre en segundo lugar después de Gabriel, ya que cuando Alá creaba a Adán, envió a Gabriel primero y luego a Miguel para llevar la arcilla de la que sería formado el hombre.
En el islam, se cree popularmente que hay una cantidad incontable de ángeles, del cual Miguel es el ángel asociado a la entrega de bendiciones. Además, los ángeles son nombrados por departamentos, del cual Miguel es el principal ángel de las bendiciones.
 

 

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