La inquilina de Wildfell Hall
Argumento
Tras muchos años de abandono, la
destartalada y ruinosa mansión de Wildfell Hall es habitada de nuevo por una
misteriosa mujer y su hijo de corta edad. La nueva inquilina -una viuda, al
parecer- no tarda, con su carácter retraído y poco sociable, sus opiniones a
menudo radicales y su extraña triste belleza, en atraerse las sospechas de la
vecindad, y a la vez la rendida admiración de un joven e impetuoso agricultor.
Pero la mujer tiene, en efecto un pasado... más terrible y tortuoso si cabe de
lo que la peor de las murmuraciones es capaz de adivinar.
Reseña
“La inquilina de Wildfell Hall” es una historia muy
interesante y tiene un ritmo ágil. Estamos ante un texto casi magistral y que
trata un tema de gran actualidad. Posee una prosa directa, clara, contundente y
elegante.
Cuando la novela
se publicó por primera vez, cosechó un éxito inmediato, a pesar de que inspiró
algunas reacciones en contra. Una de ellas fue la de la propia Charlotte,
hermana de Anne y autora de “Jane Eyre”. Cuando Anne murió, Charlotte no
permitió que se reeditara esta obra mientras ella vivió y llegó a quemar
algunos documentos inéditos de Anne. Además, Charlotte la describió como una
persona dócil y con virtudes no llamativas. Pese a que Charlotte siempre cuidó de la salud
de Anne, menospreciaba su talento. Charlotte se basó en la primera novela de
Anne, “Agnes Grey”, para crear su famosa “Jane Eyre”.
En “La
inquilina de Wildfell Hall” poco a poco vamos conociendo la historia con
más profundidad.
Es una novela epistolar, igual que “Agnes Grey” y está separada en tres partes:
En la
primera conocemos la historia de Gilbert Markham que nos cuenta la llegada de
una misteriosa mujer a la mansión conocida como Wildfell Hall. Pero los rumores
no tardarán en hacer su aparición. En la segunda parte tendremos acceso, a los
diarios de Helen donde iba reflejando sus vivencias y sus pensamientos. Con ese
pequeño salto al pasado podremos conocer el desencadenante de la situación
inicial de la novela y todo lo que pasó. En la tercera y última parte volvemos
otra vez al "presente" y la historia sigue su curso hasta llegar a un
final.
La protagonista
Helen Graham
es una mujer muy valiente para su época. A veces resulta muy estricta en sus
juicios e ideas, pero su corazón es de una nobleza singular. Es profundamente
religiosa, y sus creencias la empujan a actuar de una cierta manera que muchos
no comprenderían en la actualidad.
Anne, la
autora, era religiosa y con sus escritos no sólo trataba de deleitar o
entretener, sino también de enseñar. Es lógico, por tanto, que trasladase a su
relato los pecados que consideraba se debían evitar y señalase el camino de la
rectitud. Plasma los sentimientos y pensamientos de la protagonista con
bastante crudeza y realismo.
Está
considerada como una novela feminista. Helen es una mujer muy fuerte, que tiene
las ideas muy claras y a la que no le importa rebelarse cuando ve que su vida
no va por el camino que debería.
Las hermanas
Brontë tenían una habilidad y afición
especial para poner en evidencia siempre la peor parte de la sociedad.
En esta ocasión el punto crítico se sitúa en la posición que tenía la mujer, su
sumisión en el matrimonio. No era lo mismo lo que sucedía entre las
cuatro paredes de una casa que la imagen exterior que se debía dar. También la
influencia de los hombres en la vida de las mujeres era algo fundamental, una
mujer nunca estaba sola, siempre tenía un hermano, un padre o un marido por
encima que pensara por ella.
En general todos los personajes están muy bien definidos, especialmente las mujeres, y cada uno juega un importante papel.
Anne Brönte
se aleja de la pasión y los sentimientos exacerbados que reflejan los escritos
de sus hermanas y crea una historia cruda y de corte realista. Contrapone todo
lo malo que puede haber en el ser humano a todo lo bueno que puede darse en él,
siendo tan explícita en un extremo como en el otro.
El hecho de escribir una
obra como ésta y defender férreamente sus intenciones a la hora de hacerlo
demuestra una personalidad mucho más fuerte y firme de lo que se nos ha hecho
creer.
El amor está
presente, pero la bondad y la generosidad están por encima de todo.
La historia es merecedora de reflexiones y también de muchos halagos. Es una
historia de amor y de desamor, amistad, sufrimiento y placer.
La obra se
ha llevado a la televisión. Se creó una Miniserie de 3 episodios producida por
la BBC. Adaptación de la obra de esta autora inglesa.
Ha recibido
premios: En 1996 Premios BAFTA TV: Mejor maquillaje. 4 nominaciones, incluyendo
mejor fotografía.
Anne Brontë (1820–1849)
Fue novelista y poetisa británica, la más joven de la
familia Brontë.
Anne Brontë nació en el seno de una familia
eminentemente novelesca: de ella salieron tres grandes escritoras y sus vidas y
sus circunstancias, hermano Branwell incluido, sirvieron de puntal destacado a
sus obras.
Anne nació en Thornton, Yorkshire (Gran
Bretaña), hija de Patrick Brontë, clérigo de origen irlandés, y de María
Branwell. Tenía cinco hermanos: Charlotte, Emily, María, Elizabeth y
Branwell.
En 1820, su padre fue nombrado rector de Haworth,
pueblo de los páramos de Yorkshire, donde la familia se trasladó a vivir y los
hermanos comenzaron a crear su fantástico mundo.
La madre de Anne murió el 21 de septiembre de 1821 y, en agosto de 1824, Charlotte y Emily fueron enviadas con sus hermanas mayores, María y Elizabeth, al colegio de Clergy Daughters, en Cowan Bridge (Lancashire), donde cayeron enfermas de tuberculosis. María y Elizabeth volvieron enfermas a Haworth y murieron de tuberculosis en 1825. Por este motivo y por las pésimas condiciones del colegio, la familia sacó a Charlotte y a Emily del internado.
Anne era la pequeña y creció junto a los demás,
desenvolviéndose en el mundo mágico de esta singular familia en la que la
presencia de la muerte de los seres queridos fue una constante desde la
infancia.
Anne cursó estudios en la escuela, preparándose para
ser una institutriz, única salida de la época para las mujeres que no tenían otro
remedio que trabajar si no podían conseguir un marido.
A los 19 años, entró de institutriz con la familia
Ingham en Blake Hall, pero se encontró con unos niños ingobernables y
consentidos a los que no podía educar con la disciplina que precisaban, y se
marchó por propia voluntad, un tanto frustrada en sus ideales educadores. Esta
decepcionante experiencia fue luego inspiración para su primera novela “Annes
Grey”.
Después Anne entraría de nuevo como institutriz en
casa del reverendo Edmund Robinson en Thorp cerca deYork, repitiéndose, con las
niñas, los mismos problemas que en el anterior desempeño de su labor docente,
aunque en esta ocasión, pudo no sólo dominar a sus alumnas Bessy y Mary, sino
que consiguió que las niñas le tomaran verdadero afecto y no la olvidaran
nunca.
La corta vida de Anne Brontë, desprovista de todo
elemento romántico amoroso, se desliza melancólica entre sus clases, sus novelas,
sus paseos por la playa de Scarborough en vacaciones, y el cuidado obsesivo que
tenían las tres hermanas, Emily, Charlotte y Anne, por Branwell el niño mimado
de la familia a quien se le toleraba cualquier cosa.
Anne compartió con su hermano la enseñanza de los
niños de la familia del reverendo Robinson. Lo introdujo personalmente allí con
objeto de que diera clases de música al pequeño Edmund con el resultado
desastroso de que Branwell se enamoró de Lydia Robinson, la madre de su
discípulo. La pasión, que duró dos años y medio, ocasionó un verdadero drama
familiar para los Brontë -por no hablar ya de los Robinson-: Branwell se dio a
la bebida y al opio, sin posibilidad de enmienda.
El alcoholismo del joven Branwell serviría, no
obstante, para que Anne escribiese la novela “La inquilina de Wildfell Hall”,
criticada en su tiempo incluso por la propia Charlotte por considerarse que no
era "apropiada", debido a la crudeza del tema, como literatura
femenina.
Las hermanas Brontë, juntas hicieron muchas cosas,
planearon el montar una escuela, escribieron poemas que luego presentarían bajo
los pseudónimos masculinos de Currer, Ellis y Acton Bell. Del librito de poesía
se vendieron escasos ejemplares, mientras que de las novelas que publicaron
sólo “Jane Eyre “de Charlotte conoció la popularidad. “Cumbres Borrascosas” de
Emily fue prácticamente anatemizada; “Agnes Grey” de Anne, aceptada; y muy mal vista
“La inquilina de Wildfell Hall”, la segunda novela de Anne, de la que ahora,
sin embargo, comienza a hablarse apreciativamente debido a la alta calidad
descriptiva de una situación muy delicada y magistralmente escrita: la
violencia de género y la influencia del alcoholismo en las vidas de quienes
directa o indirectamente lo sufren.
El 24 de septiembre de1848, Branwell murió a los 31
años; Emily, el 19 de diciembre de ese mismo año, y Anne, el 28 de mayo de1849.
Los tres murieron de tuberculosis, complicada con otras cosas en el caso del
hermano. Las hermanas de Branwell se sirvieron de él para inspirarse: un hombre
caprichoso, violento, colérico, débil de carácter y apasionado, siempre egoísta
y manipulador, y del cual han quedado unos cuantos retratos hechos a las
Brontë, ya que también revelaba una cierta vena artística.
Los postreros días de Anne Brontë fueron románticos y
tristes y sus últimas palabras, dedicadas a la superviviente, son éstas: “Ten
valor, Charlotte, ten valor....”
Anne Brontë reposa enterrada en Scarborough, un bello
lugar costero que ella amó intensamente por haber vivido en él los momentos más
felices de su breve existencia.
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