Elisabeth
de Austria-Hungria de Ángeles Caso
El libro “Elizabeth emperatriz de
Austria-Hungría o el hada maldita”, de Ángeles Caso es una biografía
novelada en forma de supuesto diario de Elisabeth de Austria- Hungría. A esta
primera aproximación al personaje, siguió, en 1997, “Elizabeth de Austria-Hungría Álbum privado”.
A través de
los catorce breves capítulos de esta obra que combina la información biográfica
con la gráfica y literaria, Ángeles Caso desmitifica la imagen ñoña de la
emperatriz Sissi, que hasta ahora conocimos por el cine.
Personalidad
de Elisabeth de Austria-Hungría
Elizabeth no fue la princesa almibarada
y tierna, un poco desvaída, que se muestra en las películas de Romy Schneider
que en la década de los 50 hicieron creer a las niñas que de verdad existían
los cuentos de hadas. Años después, la actriz volvería a interpretar a Sissi en
Luis II de Baviera, dirigida por Luchino Visconti, aunque de una manera muy
distinta a la trilogía “Sissi, Sissi Emperatriz y El destino de Sissi”.
No es tampoco la dulce heroína de los
cuentos editados por Bruguera, ni es la princesita de los dibujos animados que
se emitieron en los 90, con motivo del aniversario de su muerte.
Elizabeth fue una mujer rebelde, de
extraordinaria inteligencia, que nació antes de tiempo y que vio con absoluta
clarividencia cómo el gusano del tiempo corroía las frutas podridas de los
Habsburgo, uno de los
últimos imperios europeos.
Fue una mujer compleja y extraña,
escéptica hasta el nihilismo, irónica hasta el sarcasmo y libre hasta el
capricho.
Fue guapa, culta y seductora. Estaba insatisfecha y
melancólica.
Jamás se doblegó a ninguna imposición.
Detestó los palacios y la corte. Odió las convenciones y las normas. Despreció
la frivolidad. Huyó de las ceremonias y los actos sociales. Creyó que el
matrimonio era una esclavitud.
Sissi tuvo unas manías y unas características bien especiales: le gustaba montar a caballo, se hizo instalar un gimnasio en Palacio para practicar anillas, coleccionaba fotos de mujeres hermosas, le gustaba la caza del zorro, era capaz de caminar horas y horas sin dar muestras de cansancio Y aprender esgrima.
A Sissi le gustaban los caballos y los sentía muy cerca: a Dominó o a Nihilista. También sentía predilección por los perros, en especial Shadow, quien habría de acompañarla durante muchos años, y por los papagayos.
Ttenía un pelo larguísimo que le ocasionó
dolores de cabeza y de espalda y, sobre todo, se obstinó en mantener la misma
figura toda la vida. Medía 1,72 cm, nunca sobrepasó los 50 kg y mantuvo 40 cm.
de cintura. Bebió grandes jarras de cerveza en las tabernas. No apreció mucho
la vida.
Fanny Angerer fue su peluquera y hay que decir que no era una tarea fácil
porque el pelo de Sissi caía como una cascada. Ella se pasaba el día
peinándose, operación que duraba más de dos horas. Se lavaba la cabeza cada
diez días y esa operación, que duraba doce horas, hacía que tuviera que
suspender todos sus actos, oficiales y personales. Mientras la Emperatriz se
sometía a las sesiones de lavado y peinado, aprendía húngaro.
No obstante, no fue una mujer vanidosa y
veleta. Acaso tuvo un par de amores, el conde Andrássy y Middleton, pero fueron
más imágenes platónicas que amores consumados.
Elizabeth siempre estuvo muy preocupada por los manicomios, quizá por la locura evidente de algunos miembros de la familia Wittelsbach. Ella misma temió por su cordura.
Elizabeth siempre estuvo muy preocupada por los manicomios, quizá por la locura evidente de algunos miembros de la familia Wittelsbach. Ella misma temió por su cordura.
La muerte, a nuestra emperatriz, no le
hurtó desgracias. Primero fue su hijita de dos años, Sofía, también su cuñado
Maximiliano, quien emprendió la locura de ser Emperador en México y fue
fusilado -el caso de su esposa Carlota, enloquecida-, y sobre todo, su querido Rudi.
Rodolfo fue un muchacho débil, enfermizo, que se dejó influir y que, enfermo
de gonorrea, adicto a la morfina, no pudo aguantar el peso de la vida y se
suicidó en Mayerling junto a su amante María Vetsera. María Vetsera, una niña
que para mayor vergüenza era hija de una antigua amante suya, que se dejó matar por él, antes de que Rodolfo se
suicidara. Quería una compañía agradable para el más allá.
A su esposa Estefanía de Bélgica la había
dejado estéril al contagiarle la enfermedad venérea que padecía y que Sissi
creía que era una cistitis- el 30 de enero de 1889. A esta muerte brutal la
antecedió la de su primo, el loco, Luis II de Baviera, el 13 de junio de 1886,
por quien Sissi sentía una gran afinidad.
Fue una mujer
enfrentada a su propia soledad, obsesionada por sus propios fantasmas; de ahí
quizá esa obstinación en seguir caminando, en seguir viajando, en correr, en
huir de sí misma. Ello le
procuró fama de “narcisista, histérica y anoréxica”, una leyenda
negra que le acompañó para siempre.
Elisabeth
nunca se resignó a su suerte y jamás se plegó a ella. Fue una emperatriz
caracterizada “por su nula
imperialidad”, debido a su extraña naturaleza, amante, sobre todo de la
belleza y la libertad. Su reacción fue negarse a ser lo que le exigían que
fuera, rechazar los deberes propios de su cargo, evitar los actos oficiales,
alejarse de Viena, resistirse a ser mirada, esconderse de la gente, tratando de
conservar su propio “yo”. Cuando lo creyó oportuno, cubrió su rostro con velos
y abanicos y prohibió que nadie le hiciese fotos.
De todos sus
destinos errantes fue Grecia el favorito. Adoraba la cultura griega. Era una
gran conocedora de la mitología, la filosofía y la literatura helénicas, a las
que, además, pudo acceder en su lengua original. A partir de 1888, estudió
largas horas de griego, tanto antiguo, para leer a los clásicos, como moderno,
para poder hablar con la gente del pueblo. En Corfú, edificó un palacio y le
puso el nombre de “Aquilleon”, el héroe homérico que veneraba. También
compró su propio barco (adoraba el mar, tanto como las montañas), al que llamó
“Miramar” y al igual que los marineros se hizo tatuar un ancla en su
hombro.
Aprendió también húngaro, admiró a Lord Byron, a
Shakespeare (se identificó muchísimo con la Titania de “El sueño de una noche de
verano”, a Homero, a Esquilo. Sobre todo admiró a Heine, de quien recibió
influencias a la hora de escribir sus dos poemarios:“Cantos del mar del Norte y
Cantos de Invierno”. La mayor
parte de estos poemas están dedicados a la naturaleza, aunque algunos son
críticos a la aristocracia, a personajes de la corte y a algunos políticos y
mandatarios extranjeros.
La Emperatriz confió su obra al presidente de la Confederación Helvética para
que fuese publicado al cabo de 60 años de su muerte. También confió la gran
totalidad de su fortuna en la Banca Rothschild en Suiza para que sus allegados
pudiesen vivir bien en el exilio. Tuvo una certera visión de futuro.
Desdeñó a los nobles, a los reyes, a los
militares y a los papas. Se confesó anticlerical, antimilitarista y
antimonárquica. Aborreció la
política, aunque conoció a muchos hombres de estado y políticos de todas las
tendencias. Un día le dijo a Christomanos, su profesor de griego, esta verídica
frase “Los políticos creen conducir
los acontecimientos y son los
acontecimientos los que los sorprenden a ellos”.
Sin embargo, tomó parte de forma más o menos directa
en las luchas que se desarrollaban alrededor del trono entre neoabsolutistas y
liberales. Ella
intuyó el cambio político y supo ver qué había detrás de los nacionalismos. Tanto
cuando viajaron a Venecia en 1856,
cuando fueron tan fríamente recibidos o como cuando defendió la causa húngara, a raíz
de su amistad con Andrássy. Es más,
Sissi aprendió húngaro, tuvo dos damas y amigas húngaras, Ida Ferenczy y María
Festetics.
Gracias a ella, sin duda, en 1876 se
firmó el Tratado de Reconciliación por el que se concedía la soberanía parcial
a Hungría y Sissi y su esposo fueron coronados reyes, lo que le costó el odio de los
sectores más conservadores.
Triunfadora,
Elisabeth, en vez de aprovecharse, huyó con más intensidad aún de la vida
pública y de las intrigas políticas. Mientras Viena sufría un proceso de
embellecimiento y modernización, a imitación de París, la emperatriz eligió
como su verdadero hogar, el palacio de Gödöllo, cerca de Buda, en su querida
Hungría. Se dedicó con fervor al cuidado de su “niña húngara”, Maria Valeria,
nacida en 1868, cuya paternidad las malas lenguas atribuyeron al conde
Andrassy.
Imperio
austrohúngaro
Fue un
estado europeo nacido en1867, tras el Compromiso Austrohúngaro que reconocía al
Reino de Hungría como una entidad autónoma dentro del Imperio austríaco.
Historia
La creación
del Reino de Hungría en el año1000, convierte a éste en una potencia en Europa,
sin embargo, los constantes ataques de los turcos otomanos lo debilitaron a lo
largo de los siglos XIV y XV.
Tras la
muerte de Luis II de Hungría en1526, el trono quedó vacante formándose un gran
pleito por el mismo. El emperador germánico Fernando I de Habsburgo trataría de
pactar con el húngaro Juan I Szapolyai deTransilvania, también contrario al coronado nuevo rey de Hungría.
Posteriormente,
Hungría quedaría separada en tres partes: una como el Reino Húngaro, gobernada
por los Habsburgo; otra como el Vilayato de Buda después de la ocupación
otomana en1541, gobernada por los turcos; y desde1570, la tercera como el
Principado húngaro de Transilvania, que era vasallo de los otomanos.
Dicha
separación del reino de Hungría se mantuvo a lo largo de casi siglo y medio de
constantes batallas entre germanos, húngaros y turcos.
Los
territorios húngaros bajo el control de los Habsburgo continuaron poblados y
manteniendo su cultura, aunque con el tiempo fueron adoptando ciertos rasgos
germánicos. Los húngaros de Transilvania eran en su gran mayoría protestantes;
los de los territorios turcos católicos y protestantes, y los de los
territorios bajo control germánico eran fervientemente católicos.
Esta pugna
religiosa resultó un arma perfecta para los príncipes húngaros de Transilvania,
quienes buscaban reunificar el reino. Sin embargo, todos sus intentos fracasaron
y después del intento de los turcos en 1683 de invadir Viena, la Liga Santa expulsó
definitivamente a los otomanos de los territorios húngaros.
En 1686 el
emperador germánico y rey húngaro Leopoldo I de Habsburgo, junto a su
comandante el príncipe Eugenio de Saboya reconquistaron la ciudad de Buda.
Después continuaron presionando a los ejércitos turcos, hasta que finalmente abandonaron el reino en1691. A partir de este momento,
todo el territorio húngaro, incluyendo Transilvania, estuvo bajo control del Sacro
Imperio Romano Germánico, lo cual generó una serie de guerras de carácter
independentista.
El príncipe
húngaro Emérico Thököly condujo
una revuelta alrededor de 1690 su hijastro, Francisco II Rákóczi también
príncipe húngaro de Transilvania, condujo una guerra entre 1703 y 1 711, que se
vería sofocada por Leopoldo I, y tras su muerte por su hijo José I de
Habsburgo.
Francisco José I |
Tras dichos
intentos independentistas Hungría se mantendría sin conflictos durante más de
un siglo, permaneciendo como parte del nuevo Imperio Austriaco que surgió tras
la caída del Sacro Imperio Romano Germánico en1805. Hungría se alzó nuevamente
durante la revolución en los estados alemanes en1848, enalteció el nacionalismo
y la independencia de los estados europeos y el rechazo al poder austriaco de
los Habsburgo.
De esta
forma, el 25 de marzo de 1848 las calles de Buda se llenaron de gente, poetas e
intelectuales, políticos y militares que protestaron contra el emperador
austriaco de Francisco José I. Las revueltas húngaras fueron sofocadas con la
intervención del Zar ruso, El fracaso de la revolución desencadenó una serie de
ejecuciones de generales y dignatarios húngaros.
Tras la
Guerra Austro-Prusiana de1866, donde el Imperio fue derrotado junto a Baviera por
Prusia, Austria perdió la posibilidad de convertirse en el eje que articulase
la unificación alemana y su papel central lo ocupó definitivamente el Reino
prusiano.
Surgimiento
Las aspiraciones autonomistas
húngaras y los dignatarios de aquel Reino aprovecharon la situación enviando
una comitiva encabezada por Francisco Deák, la cual le exigiría a Francisco José el
establecimiento de un Parlamento en Hungría, junto a más facilidades,
libertades y autonomía.
De esta forma, en 1867, ante la
amenaza de una nueva sublevación húngara, el emperador austríaco firmó el
tratado conocido como el Compromiso y con ello surgiría la monarquía dual
austrohúngara.
Fue también
el asentamiento definitivo de la política de los Habsburgo en sus dominios, que
se extendían por Hungría, Bohemia, Moravia y otras regiones del este de Europa
en lugar de los distintos estados alemanes.
Una década
después, se anexaron al imperio austro húngaro los territorios turcos de
Bosnia-Herzegovina y Novipazar. En1878 se firman acuerdos y alianzas con el Imperio
Alemán e Italia cuatro años después.
El Imperio
Austro-Húngaro estaba conformado por 11 estados además de Austria y Hungría:
Eslovaquia, Eslovenia, Croacia, Bosnia, Serbia, Montenegro, Rumanía, República
Checa, Polonia, Ucrania y los territorios italianos de Trieste -Triestino.
A partir de 1892
el Imperio Austro-Húngaro vive una serie de reformas importantes: comienza a
circular la corona de oro y se legisla sobre un nuevo sistema de votación.
Gobernantes
El
Emperador, de la familia de los Habsburgo, era el jefe de los dos estados, sería
entonces el Emperador de Austria y Rey de Hungría; motivando así a los
territorios de Austria.
En Hungría esta denominación no fue fácilmente
aceptada, requiriendo el gobierno de Budapest que el monarca fuera designado
separadamente como "emperador" y "rey" atendiendo a que
Hungría tenía oficialmente el rango de reino, para designar los asuntos de todo
el imperio.
La esposa
del Emperador recibía el título de Emperatriz y ostentaba la representación del
estado del mismo modo que una Reina o Primera Dama. Las dos emperatrices que
tuvo Austria-Hungría fueron:
- Isabel de Wittelsbach, más conocida como Sissi (1867- 1898).
- Zita de Borbón-Parma (1916 – 1918).
Opinión sobre el libro de Ángeles Caso
Aparentemente Sissi escribió un diario
que pidió quemar tras su muerte, para que nadie lo pudiera leer. Ángeles Caso
ha escrito este libro como si ella hubiera tenido el diario de la Emperatriz en
sus manos, y ha sacado del diario días señalados de su vida, a veces con hasta
5 meses de diferencia, para contarnos la vida de Sissi, los acontecimientos
históricos del momento y sus más profundos sentimientos, hasta el día de antes
de morir, en el que le escribe una carta a su hija María Valeria.
Más que una novela histórica, es una novela intimista. Ángeles Caso se centra más en los sentimientos y estados de ánimo de la emperatriz que en los fastos que presidió. La autora retrata muy bien el presentimiento de la protagonista de estar viviendo los últimos años de un imperio carcomido, que duraría sólo lo que durase la vida de su marido. Y se equivocó sólo en dos años.
Más que una novela histórica, es una novela intimista. Ángeles Caso se centra más en los sentimientos y estados de ánimo de la emperatriz que en los fastos que presidió. La autora retrata muy bien el presentimiento de la protagonista de estar viviendo los últimos años de un imperio carcomido, que duraría sólo lo que durase la vida de su marido. Y se equivocó sólo en dos años.
Elisabseth de Austria-Hungría es uno de los tópicos más extendidos y con menos fundamentos del siglo XIX. Vivió en la corte de Viena, con una etiqueta asfixiante y con unos niveles de hipocresía que destacaban en un siglo de por sí hipócrita.
La vida de la emperatriz osciló como un péndulo entre dos posiciones: el aburrimiento y los disgustos.
Al final Sissí, sin sus principales seres queridos, cansa a su pobre séquito en un viaje sin fin. Cuando no le queda más remedio, vuelve a Viena. Budapest le pareció cuando la conoció, una ciudad bellísima. Un palacio impresionante dominando la ciudad y el río, pero sombrío, como el ánimo de la emperatriz que tanto amó a Hungría y tanto fue amada por esa nación.
Su final, fue también muy trágico: el asesinato.
Enlaces:
https://www.youtube.com/watch?v=lrIKoGEqET4 Documental
https://www.youtube.com/watch?v=trmFpA4MEmA Documental extenso
https://www.youtube.com/watch?v=-za5lZfiQUw Película de Sissi en español
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